El equipo de Proyecto ADN quiere desearos lo mejor para 2011 y, para ello, que mejor que el talento y el talante impagable de Don José María Alfaya, cuyas similitudes y paralelismos con la vida y obra de otro grande de la región, aunque extemporáneo, Don Miguel de Cervantes, le catapultan como el más propicio para la ocasión.
Al igual que el Manco de Lepanto (aunque en su caso aún válido para el onanismo y el toque simultáneo), Don José María ha querido regalarnos, en sintonía con quienes acostumbran a crear por simple filantropía y amor propio, un discurso navideño que, a buen seguro, laminará esta costumbre para las futuras navidades y conseguirá, si no entusiasmaros en demasía con lo que nos espera en 2011, sí evitar que otros con más caché y dicción asopada sigan bendiciendo nuestras cenas más familiares todas las Nochebuenas (y no me refiero a Raphael).
Lo dice Alfaya, y también en el nombre de la trinidad, de los técnicos, de la bloguera y de quien suscribe estas retahílas. Y además, esta vez, no se acompaña prospecto de contraindicaciones: ¡Felices fiestas y a sobrevivir en 2011!.
Tomás Montero
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