martes, 29 de junio de 2010

(30) Inventario de fin de temporada (25/06/10)

caminante                                         

                A Koncha, Tomás, Julia, Paloma, Mar… A los que esperen que este caminante regrese.

El último programa de este curso tuvo el alma de la melancolía de la despedida de Irene Chaparro y del ímpetu de Almudena Grandes. No hago comentarios. Ellas se explican por sí mismas y ahí tenéis el archivo de audio para tomar sus palabras de primera mano.
Hemos chapado y llega el momento del inventario.
Y este caminante os deja temporalmente con este prólogo para un adiós que nació epílogo.
El caminante ha conocido que conviene morirse poco antes de que te maten. Abandonar el lecho furtivo sin esperar la aurora. Fundirse en el tiempo sin preguntar la hora. El caminante ruega que si le secuestra la pasión no acudáis en su rescate.
El caminante reconoce que su sabiduría es tan solo una fe de erratas escritas tarde y a beneficio de inventario
El caminante tiene en ese espejo de tus ojos, al otro lado de la radio, al más fiel notario de escasos besos veteranos y de la abundancia de lágrimas siempre novatas.
El caminante nació sabiendo que crecer era un asunto de fe. Aprendió las palabras señalando con el dedo. Fue sólo un inocente que llegó al mundo con miedo.
Y, créeme, pasaron muchos años hasta que supo bien por qué.
Dijo Dios (fiel oyente de “proyecto ADN”):
Hay un tiempo de reír y un tiempo de llorar, cuando hizo de su autobiografía una Biblia.
El caminante ríe sabiendo que, a su imagen, semejanza y costumbre de familia, alcanzamos la perfección a fuerza de errar.
Por si quieres conocer de los orígenes de este caminante te daré tres pistas:
Sin vocación, enterrador.
Obligado a guardar luto por la primavera.
Enamorado, como si esta luz fuera la primera o quizás, ay, la última vez que me sonría el amor.
Y lejos, lejos, lejos… aquellos cerezos.
Y cerca, cerca, cerca…la marea del mar.
Y la nada, nada, nada…donde suelo nadar.

Este caminante semeja a ese que empezaba por el punto y final.

Mariano Crespo

 

 
 

1 comentario:

  1. Quiero creer que el caminante lo es, además de por el recomendable ejercicio, por la huelga de Metro en Madrid, y no porque subestime los sobrados motivos y méritos para anclar su verbo en el lugar más alto de un círculo que antes resultó cuadrado, y para seguir regalándonos susurros por esas ondas malditas y cercanas.
    Cierto que es bueno caminar, deambular e incluso perderse en la vorágine tumultuosa del sendero. Pero, a ser posible, nunca nos puede faltar lo que es esperado y querido.
    Así, con esa tranquilidad pasmosa e ingenua, lo deseamos quienes (a pesar de exhibir el gesto hosco y rudo, al estilo de los maestros pasteleros, para no endulzar en demasía el bizcocho de limón), esperamos la vuelta al cole, la vuelta del ADN y, a ser posible, la vuelta de la República Española, cuyo significado más pretérito ya adelantaba el futuro: la cosa de todos.
    Todo está por venir y, eso, es motivo suficiente para felicitarnos.
    ¡Felicidades por etapas, compañero!

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