martes, 15 de junio de 2010

(28) La chica que nació durante un estado de sitio (11/06/10)

3MercedesCastroYpunto 
                                 
 
Vino Mercedes Castro y nos contó que nació en Ferrol con la ciudad en estado de sitio.
Y a mí me parecía que nosotros, aquí y ahora, estamos en un estado de sitio no declarado y fantasmagórico. Somos como el protagonista de “la casa tomada” de Julio Cortázar que vamos huyendo de un miedo inconcreto, de un invasor invisible y que nuestro propio miedo es un cómplice esencial del éxito de la invasión. Desconcertados caminamos esperando a Godot o una señal que no llega o una respuesta a una pregunta que ni nos atrevamos a formular.

Nos habló Mercedes de su novela “Mantis” y yo le dije que me había quedado prendado de Teté de la misma manera que nos atrae aquello que detestamos y a la vez nos seduce.

Son atrayentes las mujeres que surgen de la imaginación creativa de Mercedes Castro. Lo fue la subinspectora Clara Deza y lo es Teresa Sinde. Lo son por distintas razones como diferente son ellas pero cargadas de vida. No son caricaturas son mujeres de carne y hueso.

Hablábamos con Mercedes sobre la belleza y la creación sitiados por un presente feo y destructivo en el que nos hemos instalado como invadidos por una parálisis necia o un inmovilismo suicida que puede acabar con todo aquello que tanto costó construir.

Somos las víctimas propiciatorias de un sistema tan voraz en su apetito como la protagonista de la novela. Y mientras vemos programas de gastronomía o nos adocenamos frente al televisor consumiendo programas de telebasura con la vana esperanza de que las inundaciones que ahogan a nuestros semejantes no lleguen a la altura de nuestro cuello.

Mientras nos niegan el pan y nos llaman tontos, los dueños del sistema nos roban el lenguaje y nos hacen sentir culpables de sus barbaridades.

Espero que no nos hagan pedir perdón por haber nacido, por haber soñado, por haber querido cambiar el orden de las cosas, por querer trasformar el vertedero en un jardín habitable.

Aquí, en la ciudad en estado de sitio, deberíamos empezar a combatir este virus de la resignación que amenaza con destrozarnos todas las defensas. Porque tal y como están las cosas o comemos o nos comen. Y uno prefiere ser paladar que manjar. ¿Y tú que piensas?


Mariano Crespo


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